No Rosa Bartra... eso no dijo José Faustino Sánchez Carrión.
Por Joan Escalante.
La congresista por Fuerza Popular (FP), Rosa Bartra Barriga, hizo el día de hoy una cita sobre el precursor republicano José Faustino Sanchez Carrión, durante el debate sobre la cuestión de confianza presentada el dia de ayer 4 de junio del 2019 por el premier Salvador Del Solar; en esta ella pretendió demostrar en palabras de uno de nuestros fundadores republicanos que la negación de la cuestión de confianza, es un atentado contra el orden constitucional y por ende un ataque contra las bases mismas de la república democrática que es el Perú. Una suerte de suicidio político contra la naturaleza de las instituciones políticas, sin embargo prestando tanto atención a lo dicho como lo citado nos hacemos la pregunta: ¿realmente José Faustino Sánchez Carrión quiso decir eso?
Aquí la cita original de Faustino Sánchez, bajo el seudónimo “El Solitario de Sayán”, en su “Carta al Editor de El Correo Mercantil, Político y Literario, sobre la forma de gobierno conveniente al Perú” :
«Es indudable: cada institución civil adolece por desgracia de un secreto defecto, que inherente a ella, va atacándola insensiblemente, hasta convertirla en contra de su mismo objeto, si no se hubieren concertado en tiempo las medidas convenientes; siendo este, con respecto a las repúblicas, según lo testifica la experiencia, consignada en los anales de todos los siglos, la dificultad que el pueblo tiene para hallar amigos fieles, robustos defensores.
¡No permita Dios, que, algún día, pueda hacerse tan tremendo cargo a los integérrimos padres de mi patria; ni que en el próximo Congreso haya un Mirabeau, un Danton, un Sieyes, cuyos nombres adorados antes por el pueblo, se han hecho tan execrables en las sangrientas páginas de la revolución francesa, cuanto infame y cruel es el hombre, que sacrificando la causa pública, con todo linaje de intriga y desvergüenza, a su engrandecimiento personal, prostituye la confianza pública.»
Si identificamos el corazón de lo dicho por Sánchez Carrión, este sería el “secreto defecto” del que adolece toda institución pública, que ciertamente es que las acciones de aquellos que conforman la institución que nos representa (en este caso el Congreso de la República) llevan a la autodestrucción del mismo; y es que es justamente por todos los escándalos surgidos principalmente en este último gobierno, los blindajes, encubrimientos, las leyes con nombre propio, los ataques políticos y los sentenciados quienes a pesar de estar condenados por ley y derecho siguieron manipulando el poder legislativo a su antojo; hicieron que la cuestión de confianza que puede disolver el congreso hoy se discuta entre los propios legisladores, como resultado de ser más un perjuicio que un beneficio para la ciudadanía peruana.
Y es que en su sabiduría el propio Faustino dijo de la forma más pertinente, “...si no se hubieren concertado en tiempo las medidas convenientes; siendo este, con respecto a las repúblicas, según lo testifica la experiencia...”, en claro sentido que si no se impone una medida para evitar el accionar de corruptos y personalistas; las instituciones que nos representan dejarán de representarnos en beneficio del pueblo, solo para hacerlo en favor de aquellos quienes manejan la institución para su propio beneficio y a quienes les acompañan, en claro detrimento de todo aquello que debe ser destinado a los ciudadanos y solo a los ciudadanos. Desde ese punto de vista son las reformas constitucionales prouestas las que componen dichas medidas, en orden que se pueda, en palabras de Salvador Del Solar, “recuperar la confianza del pueblo en sus instituciones”.
Y es que es realmente difícil encontrar a las personas ideales, aquellos que puedan representarnos sin tener que tomar ventaja del poder que se les entrega: “...a dificultad que el pueblo tiene para hallar amigos fieles, robustos defensores.”; en donde irónicamente hoy somos víctimas de nuestras propias acciones, al elegir a quienes ahora condenamos dentro de la coyuntura de la disolución del Congreso de la República. Sin ánimos de ser filosófico (y más de lo que esta nota ya es), la ambición inherente y natural al ser humano, irrestricta y sin control, termina convirtiéndonos en enemigos materiales de nosotros mismos; atentando contra la unidad social de la que depende todo estado para sobrevivir y crecer.
En resúmen, lo dicho por Rosa Bartra en referencia a lo escrito por José Faustino Sánchez Carrión difiere en enorme medida, de lo que el fundador republicano realmente quiso decir, el ser precavidos para elegir a quienes deben representarnos y que la vigilancia de estos, a través de las leyes y el derecho aplicado en beneficio de la ciudadanía del Perú, harán que no se repitan errores como los de la revolución francesa; en donde “...ni que en el próximo Congreso haya un Mirabeau, un Danton, un Sieyes, cuyos nombres adorados antes por el pueblo, se han hecho tan execrables...”. En orden de no tener en nuestra realidad y actualidad peruanas una Rosa Bartra, un Mauricio Mulder, un Andrés García Belaunde o un Salvador Heresi quienes a pesar de ser cuestionados, terminamos eligiéndolos, como consecuencia de nuestra despreocupación o falta de crítica a nuestra propia política.
A manera de epílogo dejo pues la reafirmación de lo dicho por José Faustino Sánchez Carrión como una advertencia a futuro citando: “...cuanto infame y cruel es el hombre, que sacrificando la causa pública, con todo linaje de intriga y desvergüenza, a su engrandecimiento personal, prostituye la confianza pública.” En clara mención que si el ser humano, y más aun quien cumple una función pública delegada por la ciudadanía en libres elecciones, no es vigilado y regulado por los peruanos; será pues enemigo de la sociedad aprovechando la confianza de un pueblo, utilizando todo lo que le representa solo para buscar una ganancia personal.