En nuestra nota de ayer mostramos las evidentes faltas del presidente Kuczynski para con el estado y para con nosotros, los ciudadanos, que motivan actualmente su vacancia. El conflicto de interés suele ser letra muerta para nuestros políticos peruanos (ejemplo de ello, la presidencia de las comisiones de ética y "Lava Jato" en manos del fujimorismo). 

Nuestra pregunta en este contexto sería entonces si debemos anteponer un juicio moral antes que cualquier consideración.  

Es fácil responder que nuestro juicio moral debe ser quien prime, ya que sabemos de antemano que PPK pertenece a ese segmento que vive del cinismo que implica trabajar en banca, un medio en donde las percepciones (y el fingirlas) son vitales para establecer negocios y que se basa abiertamente en el lucro antes que cualquier consideración ética.  

Pero, ello no nos debe inhibir de un proceso justo y bien ponderado. Proceso al cual el Presidente de la República también tiene derecho. Si bien el juicio del congreso no tiene características legales sino más bien políticas, en política el gesto denota y tiene un significado que revela principios.  

Es en esa perspectiva que debemos de considerar este problema. 

Aislar cada elemento del mismo no contribuye a su resolución. Si vamos a ser catones de la moralidad no podemos dejar de mirar a quienes son los jueces en esta suerte de linchamiento en que se ha convertido la figura del juicio político en el parlamento. 

Y es aquí donde se genera el verdadero conflicto: el Presidente nos ha fallado ¿Quienes juzgan esa falla?  ¿Nosotros los ciudadanos? 

No. Es otro poder del estado que está infecto con miembros denunciados y con dudosa reputación, quienes han visto en esta oportunidad el momento propicio para dar, llamémoslo con todas sus letras, un golpe de estado. Lo que no consiguieron con las urnas lo consiguen ahora con el estiramiento del concepto de "incapacidad moral". 

Uno de los principios básicos del juicio justo y por lo tanto de la justicia es la idoneidad del juez. En este caso ¿Quienes van a ser estos jueces? A manera de muestra, veamos a algunos:  

Daniel Salaverry, un tránsfuga del Apra quien tiene procesos por deudas y mas deudas. Lucio Ávila quien tiene denuncias por plagio para obtener un grado académico y una sentencia por alimentos, Miguel Castro quien tiene una denuncia por apropiación ilícita, al igual que su compañero de bancada por Tacna, Guillermo Martorell, Elard Melgar, plagiador y quien también tiene un "conflicto de interés" en Arequipa, Modesto Figueroa quien tiene denuncias serias de lavado de activos y relaciones con la minería ilegal, como no olvidar al "Dr. Alzheimer" Bienvenido Ramírez quien también tuvo denuncias por agresión, Betty Ananculi y sus falsos certificados, al igual que Yesenia Ponce, o Guillermo Bocangel quien tiene 35 denuncias desde usurpación a lavado de activos en Huánuco, o Joaquín Dipas por enriquecimiento ilícito y colusión, etcétera.

Y eso que solo hemos tomado una muestra pequeña de tan solo 11 congresistas del fujimorismo. Por supuesto que hay mas y con mas denuncias. 

Entonces la figura del "juez idóneo", básico para un concepto mínimo de justicia, se cae a pedazos.

Si cada una de esas personas sintiera que sus propias denuncias son infundadas lo lógico (ya no hablemos de lo moral) sería inhibir sus votos ya que contemplarían la posibilidad de la injusticia de la demanda. Pero ya sabemos que estamos hablando de fujimoristas, oportunistas políticos quienes han hecho de la conducta dudosa un mérito público cuya capacidad para el diálogo es inútil cuando ya han manifestado que tienen un veredicto de antemano.

Por otra parte, la izquierda reiterando ese triste papel que jugó en 1990 con la votación por consigna hacia Alberto Fujimori, está siendo comparsa de esta situación. Desde una supuesta suficiencia moral con lemas maximalistas ("que se vayan todos"), presentó la moción de vacancia creyendo así proyectar una imagen de coherencia (que tampoco tienen) y de paso, jugar a adelantar elecciones con el supuesto falso de al estar solos en la cancha (sin la participación de Nuevo Perú de Verónica Mendoza) tendrían bajo su manto todo el voto izquierdista. El carisma de Marco Arana es similar al de una conserva de pescado china, y es ridículo pensar que van a tener una oportunidad con un fujimorismo en el poder imponiendo sus reglas ni aunque recen. Deberían releer a Lenin quien ya habló de este infantilismo de izquierda cuando dijo: "nuestros comunistas “de izquierda” ......no saben pensar en la correlación de fuerzas, no saben tomar en consideración la correlación de fuerzas. En eso reside la médula del marxismo y de la táctica marxista"(1). De repente, dicho así en jerizonga leninista lo entienden.

¿Debemos entonces los ciudadanos de a pie aguantar esta situación a todas luces indigna? Ante semejante dilema ¿qué hacer?

Primero las cosas claras. El sistema democrático es lo que está en juego. Esta arremetida del fujimorismo no viene sola. El Fiscal de la Nación está amenazado, el Tribunal Constitucional está siendo atacado por este congreso y la Corte Suprema de Justicia también está en peligro mientras ocurre todo esto. El fujimorismo ha abierto cuatro frentes y la única arma que tenemos ahora es la expresión popular: la calle.

Son en momentos como este en que debemos de estar en pie a la defensa de nuestra democracia y asistir al llamado de la misma. Nosotros, los ciudadanos de a pie, tenemos en estos momentos la palabra.

(1) Acerca del infantilismo "izquierdista" y del espíritu pequeñoburgués V.I. Lenin, mayo de 1918.