Luego de dos campañas presidenciales oponiéndonos al fujimorismo, los miembros del Colectivo No a Keiko sabemos distanciarnos de los insultos que nos dirigen los que ya han visto su millonaria campaña política derrotada dos veces.

Si bien la capacidad de análisis permite que los insultos pasen sin tocarnos, esta semana dos congresistas naranjas han revivido la desgastada muletilla fujimorista de acusar de "terroristas" a quienes se les opongan.

Una cerveza

Nos sorprenderían los tuits del Congresista si no conociéramos la tradición fujimorista de lanzar bajezas y distraer a la opinión pública, que data de las portadas de los diarios chichas de los años 90. Vaya, considerando esos antecedentes, hasta parece anecdótico que se pronuncie sobre nuestra celebración por la derrota de Keiko de junio pasado.

Por lo visto para el Congresista no hay temas más urgentes en la agenda nacional que una cerveza. Nos gustaría vivir en el país donde él vive, donde lo más grave que ocurre es la ropa de otros congresistas y las zapatillas de los que marcharon contra la ley Pulpín. Cuando leemos las declaraciones de Tubino ya no sabemos si por error estamos leyendo la sección de espectáculos del diario.

Impunidad / Inmunidad parlamentaria

En No a Keiko (NAK) sabemos a qué nos exponemos cuando nos enfrentamos al fujimorismo. Estamos habituados a los anónimos y fujitrolls en las redes sociales, escudados en su capacidad de esconderse que les garantiza impunidad. Pero si el sujeto que nos insulta cuenta con una posición abierta de poder, y nos acusa de permitir infiltración de terroristas entre nosotros (¡nada menos! cuando en NAK nos oponemos al Movadef) la figura cambia.

Al sentirse inimputables pueden transformar su versión en oficial y hacer del espacio público un marco para el desprestigio. Y lo hacen con total ligereza. Entonces tenemos a congresistas electos acusando y mintiendo descaradamente sobre terceros sin siquiera hacer la mas elemental de las operaciones: informarse.

Para NAK el fujimorismo es especialmente propenso a abusar del poder cuando lo tiene, y por ello lo combatimos cada vez que intenta alcanzarlo. Las acusaciones de Tubino y Salgado son una muestra de ese ejercicio abusivo del poder.

Si los Sres. Tubino y Salgado pueden señalar con nombres y apellidos quién es un terrorista infiltrado entre nosotros, los emplazamos a denunciar. De lo contrario, lo único que hacen es pervertir la inmunidad parlamentaria haciéndola cómplice del palomillismo de ventana. Y de paso, lanzar la velada amenaza de que cualquiera que se les oponga o que les obstaculice el paso al poder puede ser llamado "terrorista", con las lamentables consecuencias que ya tuvieron por ello en el pasado. Aún así no han aprendido. Pero nosotros tampoco. Y si es necesario el 2021 los derrotaremos por tercera vez, sin escudarnos en la inmunidad.

Colectivo No a Keiko